En tiempos de crisis económicas y financieras, es común ver un aumento tanto en las reestructuraciones de deudas, como en la cantidad de empresas que se declaran en concurso o quiebra.
Si una empresa con la que tenés una relación comercial de larga data, a la que le vendés mercaderías o le ofrecés servicios, se ha declarado en concurso judicial, es importante saber cómo proceder.
El concurso preventivo es un mecanismo que busca evitar la quiebra total de la empresa, permitiéndole continuar operando mientras se reestructura y busca cumplir con sus deudas.
Si tu empresa tiene facturas pendientes de cobro o créditos contra esa empresa concursada, no tenés otra opción que presentarte en el concurso preventivo. Esto se realiza mediante un procedimiento jurídico contemplado por la Ley de Concursos y Quiebras (Ley N° 24.522, art. 32). Aunque tengas la posibilidad de cobrar lo que se te debe, debés ser consciente de que los intereses sobre esa deuda solo correrán hasta la fecha en que la empresa deudora solicitó la apertura del concurso.